lunes, 13 de octubre de 2008

Inmediata apertura de inscripción a interinatos y suplencias en nivel superior YA!

El gobierno “progresista” de Binner realiza una “inscripción automática” para aquellos ya escalafonados y suspende la inscripción a interinatos y suplencias a los que quieren ingresar en el nivel superior, negando con esta medida la posibilidad a miles de docentes de ingresar o mantenerse en los institutos . La excusa es que la junta se encuentra abocada a los procesos de titularización. Nosotros consideramos que de ninguna manera esto debe ser una excusa, ya que si hace falta más personal para cumplir ambas tareas, el Estado debe proveerlo en forma inmediata. De lo contrario, se está vulnerando un derecho histórico de los docentes de la provincia y lo más perverso es que se hace en nombre de otro reclamo histórico del nivel: la estabilidad y titularización de los miles que hace años están a la espera de regularizar su situación laboral. Con esta política, Binner no hace más que seguir la política de Obeid, que en el 2006 realizó una “inscripción automática” en Media y Técnica que luego tuvo que ser literalmente borrada de un plumazo por el reclamo de miles de compañeros en toda la provincia.
INSCRIPCIÓN YA!
MÁS PERSONAL PARA LA JUNTA, PARA QUE CUMPLA TODAS SUS TAREAS.
TITULARIZACIONES INMEDIATAS EN TODOS LAS HORAS-CÁTEDRA DEL NIVEL.
Lista Naranja e independientes

viernes, 3 de octubre de 2008

Reflexiones sobre el secundario

Curitas para la gangrena:
el secundario de Cristina, Macri, y Binner.


Introducción

En principio debemos comenzar diciendo que esto no pretende ser un análisis acabado del “nuevo” secundario que se propone para Argentina y particular para Santa Fe, sino solamente un comentario de los documentos surgidos del Consejo Federal de Educación (agosto 2008) y los documentos enviados por el Ministerio de Educación de la provincia de Santa Fe para los jornadas de setiembre-octubre.
Esto es importante aclararlo, porque la “participación de los docentes “ que promocionan los ministerios son jornadas aisladas que nunca permiten una respuesta articulada de parte del conjunto docente, que muchas veces debe “conformarse” con realizar una catársis colectiva en alguna plenaria, sin que ello sea realmente una participación.
De ninguna manera pensamos que esto es inocente; es la metodología comenzada por Menem y la CTERA durante la implementació n de la Ley Federal de Educación y continuada por todos los gobiernos y burocracias sindicales posteriores, porque les permite dar una imagen de participación, a la vez que impiden de esta manera una reflexión profunda y articulada sobre el conjunto del sistema educativo y las políticas que se implementan.
También debemos decir que en muchas escuelas se vivió con expectativa la sanción de las leyes de Educación Nacional, de Educación Técnica, como así también la docencia santafesina puso expectativas en el gobierno del “socialista” Binner. A cambio de tanta expectativa, los documentos en circulación no hacen más que reafirmar la lógica que el Estado gendarme que surgió del desguace del Estado de bienestar en los ´90, aplicó en educación.
Esta lógica pasa por establecer un desentendimiento del Estado como garante de la educación, a la vez que intenta hacer creer a la escuela que podrá normar y conducir la solución de problemas urgentes que se abalanzan sobre la realidad cotidiana del educar en Argentina (violencia, deserción, repitencia, deterioro edilicio, ausencia de personal, bajos salarios docentes, etc,).
Tanto el documento nacional como las pautas provinciales que aquí se analizan plantean la falsa lógica de la escuela como “isla” de la realidad y “contenedora” de problemáticas que el Estado no se plantea ni contener ni solucionar.
Además de esto, los documentos presentan intentos de solucionar el desguace educativo a través de algunas propuestas mínimas que ante la ausencia de presupuesto y de participación activa del Estado no son más que unas curitas que se ponen sobre heridas que no pueden cerrar si no es con un cambio profundo de sistema educativo. La Ley Federal de Educación cambió el sistema , desmantelando la escuela secundaria y poniéndola al servicio de las empresas privadas, logrando de esta manera que primara la lógica mercantil por sobre la formación de un pensamiento crítico y liberador. Ningún planteo de “nueva escuela secundaria” podrá prosperar si no pasamos de plantearnos la escuela “necesaria” contra los planteos de la escuela “posible”. Plantearnos lograr solo lo que “podemos” en la inmediatez hipoteca nuestro futuro como trabajadores de la educación y el futuro de nuestros alumnos como portadores de cambio y pensamiento liberador. Es hora de decir basta a las migajas de lo posible y proponernos lograr lo que en verdad necesitamos.

DOCUMENTO PRELIMINAR PARA LA DISCUSIÓN SOBRE LA EDUCACIÓN SECUNDARIA EN ARGENTINA

Tal es el título del documento que sale del Consejo Federal de Educación. Sorprende en una primera lectura de las cifras que allí se manejan, la capacidad de ignorar la crisis del sistema educativa y de poner el total fracaso educativo de la década del ´90 como un problema originado en el hecho que el desguace educativo “que en Argentina se planificó e impulsó una reforma que requería fuertes consensos, una inversión sostenida en el tiempo y una importante capacidad estratégica para “leer” los procesos históricos y ajustar esas acciones según esa lectura. … como producto de ciertas vicisitudes históricas, algunos de esos elementos no estuvieron presentes” (pag.7). Alli se da por concluída toda “autocrítica” al respecto, comenzando un análisis de números que a cualquier Estado debería encender las luces de alarma. Con 600000 adolescentes sin ninguna escolaridad secundaria, casi 280000 repitentes y otro tanto que abandona el secundario año tras año, resulta preocupante que no se reconozca el fracaso sobre el cual se pretende construír el “nuevo secundario”.
Más de un millón de adolescentes de entre 13 y 17 años no pueden estar dentro del sistema educativo, y frente a semejante tragedia, el Consejo Federal de Educación (es decir todos los ministros de Educación de las provincias más el ministro Tedesco) sólo dicen que se “estaría llegando a un techo en el proceso de escolarizació n acelerado que fue propio de la década del 90 y que por lo tanto es necesario profundizar el ingenio y el esfuerzo de los Estados y de la sociedad en su conjunto para llegar a los sectores que aún falta incorporar y que pertenecen en muchos casos a los de la pobreza más dura” (página 25). Pero no se trata acá de cinismo ni de ceguera, es simplemente que la gran mayoría de los que hoy están en el Consejo Federal de Educación son los que escribieron la Ley Federal de Educación y quienes la implementaron. Reconocer su fracaso sería reconocer que la política de desastre educativo que ellos propusieron en los ´90 significó una política de desguace del país y de hipoteca de nuestro futuro.

Una vez comenzado el análisis del secundario, encontramos el primer “gran” problema del sistema: el secundario es un nivel “expulsor”, “elitista” y “selectivo”. Por lo tanto, esta lógica que indudablemente estuvo en los orígenes del nivel secundario, sigue verificándose hoy en la cotidaneidad de las aulas modernas. Si a esto le agregamos que otro mandato del nivel es preparar para el mundo del trabajo y tampoco se logra, logramos un brillante diangóstico psicológico que el documento del Consejo establece como la “crisis de identidad” del nivel secundario, producto de la masividad de estudiantes en los últimos años.
Ni una sola palabra hay aquí sobre las condiciones de trabajo que se han establecido por parte de los ministerios de Educación para esa masividad. Aulas decadentes, ausencia de materiales didáctico, quita de cargos históricos del nivel como preceptores, directores de curso, etc.
Pero a la crisis de identidad, se le suma otra crisis: la de la “autoridad pedagógica”: “Algunos sociólogos señalan que la crisis de las instituciones (entre ellas la escuela) junto con una nueva concepción del niño y del joven como sujeto de derechos, hacen que el docente se vea obligado a considerar su autoridad como una conquista sujeta a renovación permanente y no como una propiedad inherente a su función”. (página 26). El problema aquí estaría dado por aceptar esta nueva situación y no por el planteo realizado por la Ley Federal y que las nuevas leyes mantienen y profundizan, según lo cual no debemos hacer eje en la formación sino en la información, y es así que los profesores nos encontramos previniendo sobre sida, adicciones, educación vial, a la vez que terminamos siendo mediadores escolares, enfermeros y algunas veces damos clases de las materias que tenemos asignadas. Esto es propio de la lógica según la cual la escuela debe “contener” en soledad lo que el Estado no pretende asumir. Si a eso le agregamos el desmerecimiento que significa la rebaja salarial contínua desde hace más de 18 años, mientras se pone en el docente la culpabilidad de todos los fracasos y la reponsabilidad de todos los errores, la crisis de “autoridad pedagógica” es sólo una consecuencia que proviene no de la obtención de los derechos de los alumnos, sino de la vulneración constante de los derechos de alumnos, padres y docentes que los gobiernos, los ministerios y los políticos de turno han realizado con prisa y sin pausa.

Para revertir este cuadro de crisis casi psicológicas ya que nadie es responsable de las mismas sino sólo aquellos que estamos dentro del sistema educativo, el documento propone fortalecer la capacidad del Estado de intervenir en educación…¡incorporando al gobierno educativo a las Iglesias, ONGs, empresas, organismos internacionales y corporaciones privadas!(páginas 28 a 30). Esto solo es posible analizarlo desde la continuidad de la lógica de la Ley Federal que intentó privatizar la educación en Argentina, ya que incorporar a los organismos internacionales significa abrirlos a aquellos que plantean la eduación como mercancía, abrirlo a las iglesias marcan el abandono de una educación laica y poner a las corporaciones privadas (empresas) en el gobierno educativo es el sueño dorado de Menem, Salonia y Cavallo que destrozaron el sistema educativo. Sumar a todos ellos no significa, seguramente, fortalecer el Estado sino todo lo contrario.

La teminología “de los ´90” se puede ver también en lo que refiere a los resultados esperables. Se habla de “dar cuenta de los resultados” en una lógica de exámen permanente que remite a la “calidad educativa” a través de la “evaluación permamente” que promovieron Menem y compañía. Compañía como Tedesco, que fue funcionario en aquel momento de Menem y hoy es ministro de Cristina de Kirchner.

El fortalecimiento de las “asociaciones de padres” está promueve una vez más el abandono del Estado, ya que estas asociaciones o cooperadoras (pág. 33) que fueron alguna vez propuestas como medidas de emergencia, hoy estaría naturalizadas no ya como rueda de auxilio, sino como un “pilar” del sistema educativo.

Es interesante ver como las páginas del documento se transforman en un muestrario de la miseria en nuestro país. Allí se declara como “necesidad” el hecho de contar con becas, con transporte, con salud y alimentación, pero brindados desde el ámbito educativo. Es decir, frente a un sistema político, económico y social que se derrumba, la escuela secundaria birndaría todos estos servicios, además de educación. ¿Crisis de identidad?. ¿Crisis de autoridad pedagógica?. No. Crisis del sistema en el país y de los estados que pretenden perpetuar la desigualdad y la miseria.

Una vez que ha pasado este trágico muestrario de necesidades, proviene la necesidad de un sistema escolar “inclusivo” para el cual existe uno de los diagnósticos más perversos de todo el documento: “Puede existir el riesgo de explicar las cifras del fracaso por problemas exclusivamente relacionados con la falta de preparación de la escuela primaria o con factores de tipo familiar o de capacidades intelectuales, sin tener en cuenta que muchos de los chicos que fracasan aprenden muy rápido y en forma cotidiana en otros contextos. Por ello, habría que referirse a la adaptación a la cultura escolar y a las formas de socialización que esta situación impone. Diferenciar entre capacidad de aprendizaje y capacidad de participar del proceso educativo formal, constituye el punto de partida para generar posibilidades y condiciones de ingreso, permanencia y egreso de todos los jóvenes a la escuela” (página 37).Aquí el problema pasaría entonces, no por la crisis del sistema educativo o por la crisis social, sino por la “adaptación a la cultura escolar”. Tapar el sol con la mano sería más fácil que aceptar este “diagnóstico”.

Abstrayendo de esta manera a un individuo adolescente de toda la realidad quie lo rodea y centrando toda la responsabilidad de su fracaso en él, la responsabilidad del Estado estaría dada por “acompañar” a ese individuo para que “entienda” como es la institución escolar y se “adapte”. Allí vienen los tutores, la “flexibilidad” ante la “heterogeneidad del sujeto que aprende” que debemos tener los docentes, aunque hay altisonantes párrafos en torno a las acciones de “autoexigencia de Estado”, sin aclarar nunca cuales son ni que se proponen los ministerios para no dejar a los alumnos y a los docentes en la soledad que el fracaso educativo produce.

De la larga lista de acciones propuestas para evitar la deserción escolar (que solo es parte del fracaso educativo) se destacan la de una “red intersectorial para control del asuentismo” ( notese que no se trata de deserción sino simplemente ausentismo) en la que entrarían nuevamente las ONG´s y cualquier otra organización que no sea el Estado, y un montón de alternativas (monitores , autoaprendizaje, trabajo gratis de padres y alumnos de profesorado, etc) que no incluyen en ningún momento la disminución de cantidad de alumnos por división ni la provisión de elementos didácticos cotidianos para que los docentes y alumnos puedan trabajar cómodamente. Esto no es un olvido, es una política de Estado: profundizar la decadencia, visitiendo la mona de seda. Pero ya sabemos, mona queda.

Y si usted es docente y está leyendo estas páginas, sepa que ha llegado la hora de hablar de nosotros. Pero no de cualquier manera, ya que no hablaremos del lugar del docente en este nuevo secundario, sino de la “construcción de la autoridad pedagógica”. ¿Sonó bien?. Siga leyendo, estimada/o docente (o alumno o padre que se internó en estas páginas).

En primer lugar, se habla repetidamente del docente como profesional, pareciendo que así se da un lugar de importancia, cuando en realidad se rebaja el lugar de trabajador de la educación que posee el docente a la vez que se prepara la flexibilizació n a través del salario por mérito, como veremos más adelante. “ Se proponen aquí lineamientos de propuestas generales respecto de una política integral que busque favorecer una nueva profesionalidad docente. La misma debería contemplar intervenciones articuladas en tres dimensiones básicas: la formación, las condiciones de trabajo y de carrera y el sistema recompensas materiales y simbólicas que se ofrecen” (página 43)”. Comienza aquí un nuevo “verso” de los intelectuales al servicio de los poderosos, porque ya no se trata de hablar del docente-profesional , sino que se habla del “profesional colectivo”, un nuevo concepto mediante el cuál la institución por completo debería cambiar para transformarse en “sujeto profesional”. Esto, traduciendose en lenguaje cotidiano, singnificará que los salarios de los docentes de una institución se determinará de acuerdo a la “corresponsabilidad sobre los resultados”, un mecanismo perverso que podría terminar definiendo cuanto cobrará cada docente de acuerdo a la “productividad” de la escuela.Por ejemplo, si la escuela tiene más alumnos, menos repitencia y menos deserción, mayor será el sueldo de esos docentes. Esta lógica aparece claramente en la “carrera horizontal” propuesta por este documento: “Es fundamental dar inicio a consultas en torno a la reformulación de la carrera horizontal, tal como lo establece la LEN (art. 69), la que podría considerar incentivos económicos diferentes de la antigüedad así como que sostenga la tarea del aula como vía de ascenso, poniendo en valor la labor pedagógica específica y el vínculo con el estudiante y con el conocimiento. Esta carrera horizontal puede ser una herramienta fundamental para un nuevo perfil profesional. (página 45)”.

Por último, está el apartado destinado a la convivencia.” La mayor demanda de las instituciones con respecto a esta problemática está relacionada con la presencia de los gabinetes escolares, en especial la de profesionales de la salud que atiendan a los “chicos con problemas”. Sin embargo, son esos profesionales los que suelen señalar que las expresiones de conducta desajustadas responden más a identificaciones culturales que a problemas de salud mental (página 46).” Aquí, el documento habla sobre el pedido de gabinetes psicológicos, pedagógicos y sociales en las escuelas, como si los docentes hubiermos diagnósticado una neurosis masiva de nuestros alumnos, desmereciendo así la tarea cotidiana que hacemos en detectar los problemas diarios que surgen en las aulas y poniendonos en el lugar de aquellos que “no comprenden a los jóvenes”. Tal cinismo, solo es comprensible en aquellos que lo utilizan para tapar sus responsabilidades. Solicitamos gabinetes en las escuelas no por problemas de salud mental, sino por la miseria, la violencia familiar, la desnutrición, la desprotección social de nuestros alumnos y alumnas, los abusos, los maltratos, y la lista puede seguir de aquellos problemas que dificultan no solo el aprendizaje sino la vida diaria de nuestros alumnos. Los ministros del Consejo Federal nada dicen de eso, porque son artífices y cómplices de esta situación. Su propuesta de “aprender a vivir con otros” arranca desde el cinismo y el ocultamiento, malas bases para la convivencia.

Llegando al final, tan sesudo documento finaliza incluyendo una propuesta de organización curricular. Esta propuesta mantiene la vieja división de EGB y Polimodal, solo que le da el ropaje de 2 años de Ciclo Básico (ex EGB) y 3 años de Ciclo Orientado (Polimodal). Luego de eso, la reconversión de modalidades es una confesión del fracaso de las diferentes modalidades surgidas de la ley Federal.

Este documento fue escrito por los responsables políticos de la educación de todo el país. No es solo un partido político quien estuvo en el Consejo Federal de Educación. Cristina de Kirchner, Scioli, Macri, los gobernadores radicales, el Ari de Tierra del Fuego, los Rodriguez Saá de San Luis, estuvieron allí a través de sus ministros y escribieron este documento que si no diera tanta indignación, provocaría vergüenza ajena. Y Binner también estuvo allí. Y nos ha traído nuevas propuestas.

El secundario del “socialista” Binner.

Lo primero que debemos hacer es poner los cuatro documentos que envía el ministerio de Santa Fe en su contexto: no hay en estos documentos ningún cuestionamiento al documento nacional, por lo cual debemos asumir que existe pleno acuerdo con todo lo allí escrito. Siendo esto así, todo las críticas que escribimos sobre el mismo son pertinentes para la gestión educativa de este gobierno provincial que se presenta como innovador y como defensor de la escuela estatal y pública. Resulta importante entonces marcar que estos documentos que el ministerio de Educación de Santa Fe pone en las escuelas son solo la implementació n de los lineamientos políticos ya discutidos y aceptados en el Consejo Federal de Educación.
En sintonía con estos lineamientos, el gobernador Binner hace una introducción sobre los diferentes significados de la evaluación y hablando de un plan de evaluación, según el cual se lograría “democratizar” los instrumentos de evaluación. Pero al momento de plantear la calificación en el secundario, propone calificar con 7 (siete) como aprobado, llevando así la discusión sobre la acreditación de saberes a una cuestión puramente cuantitativa y no en torno a cuales deberían ser las condiciones de aprendizaje que permitan aprehender saberes y contenidos. Por lo tanto, todo lo que refiere a las diferentes etapas de la evaluación está descontextualizado del entorno material en el que se produce esa evaluación. Para decirlo claramente, el Estado propone llevar el nivel de aprobado a 7 puntos sin preocuparse por ver como los alumnos llegan a esos 7 puntos.
Y no hablamos acá del contexto al que se refiere numerosas veces el documento pretendiendo “atender a la diversidad”, sino al contexto social donde la educación trasunta día a día. Aprobar con 7, que significa para 1° y 2° año subir las exigencias de calificación, ¿significa mejor educación?. Seguramente eso es algo imposible de sostener hasta por el propio ministerio. El anterior discurso de “atención a la diversidad” (falso en su concepción y diluyente en su aplicación) intentaba salvar las dificultades que el entorno social generaba en los procesos de aprendizaje, trasmitiéndole toda la carga al docente. Aquí ni siquiera existe esta preocupación, ya que todo se simplifica a través de un discurso “técnico” según el cual la resolución de los problemas de aprendizaje pasaría por establecer un “plan institucional de evaluación” que pueda proveer de “herramientas” a tal fin. Nada de acción sobre las causas de los problemas.
Un apartado especial merece el documento destinado al régimen de convivencia. Bajo un ropaje “democrático”, este documento plantea el abandono del Estado de la educación. Se establecen “pautas” pero se deja totalmente librado a las escuelas el hecho de quienes vana participar en la confección del régimen de convivencia y cuales van a ser las funciones de cada sector. El documento pretende ser meramente técnico, dejando solamente “sugerencias”. Pero sabemos que nada es inocente en un documento aparentemente “técnico”. La falta de pautas claras, la ausencia de políticas de estado tendiente a brindar contención en las diferentes problemáticas ligadas a la convivencia se refleja en la falta de compromiso en torno al tema.
Resulta particularmente llamativo la falta de cohesión que se propone para el sistema. En la etapa de elaboración del régimen de convivencia no se proponen valores en torno a los cuales trabajar, ni pautas de autoridad ni lugar del Estado en todo el proeceso. Esto, que aparenta ser democrático, en realidad esconde una fragmentación del sistema educativo, una huída del Estado y su reemplazo por los restos de las comunidades educativas que quedan libradas a sus esfuerzos.
Hay mucha palabrería en torno a la “inevitabilidad” de los conflictos, pero también se dice que estos “no son ni buenos ni malos” realitivizando por completo, y de hecho minimizando, las situaciones conflictivas que se suceden día a día. Porque una cosa es decir que según el contexto en el que ocurra, de los conflictos podemos sacar cosas positivas o podemos encontrar vías constructivas de resolución, pero algo muy distinto es desvalorizar esos conflictos hasta reducirlos a meros “episodios”. De todos modos, el ministerio tiene su lógica, ya que si solo se trata de algunos “episodios” y no de conflictos que suceden por un contexto y un entorno social, quien se tiene que hacer cargo es la escuela y no el gobierno. De este desentendimiento también da cuenta la total ausencia de propuesta en torno a como hacer para dotar de gabinetes psicopedagógicos a las escuelas. Se habla con un gran grado de relatividad de la existencia de los mismos y no como una necesidad.
En síntesis. Binner se pone en sintonía con el gobierno nacional. Lo hace planteando cínicamente que la provincia necesita 1200 escuelas para cumplir con la obligatoriedad pero que el gobierno no tiene plata ni para edificios ni para nuevas horas –cátedras ni cargos. Resulta lógico entonces que se presenten estos documentos donde se pretende diluír su responsabilidad política a la vez que implementa una política educativa que nuevamente conduce a la educación hacia otro fracaso.
Los gobiernos intentan usar una sola curita para miles de heridas abiertas en todo el sistema educativo. Sólo quienes realmente estamos dentro de ese sistema, luchando día a día por mejorar y tener la educación que necesitamos podemos revertir el actual cuadro de desastre. Padres, alumnos y docentes tenemos la posibilidad de hacerlo. Es hora de trabajar solidariamente para impedir que nos sigan robando el futuro.




LISTA NARANJA